Amanece...
y mis ojos aún no se cierran
esperándote en la noche
han alejado el sueño.
Mi cama destendida
extraña tu cuerpo
yo te busco entre sus pliegues
y mis labios generosos
guardan los besos
que en los tuyos vaciarían.
Los pensamientos aturdidos
se traslucen en la mirada
cierro los ojos
para que no se escapen los deseos.
Mis recuerdos permanecen
cual crisantemos sobre un montón de tierra
mientras los gusanos de tu ausencia
se retuercen en mi mente.