Yanelli

Memorias

PASADO... compañero siempre incansable,
Que durante nuestro largo viaje,
Logras ser consejero, maestro o a veces cruel amante,
Tú... que alimentas al hombre de locura e insensatez,
De tu dolor, tristeza, nostalgia pero también de poesía,
Enmarcas los recuerdos con tintas de verano y de otoño.
 
Que en nuestra vana búsqueda de gloria,
Logramos escuchar tus susurros egoístas,
Dirigiendo nuestros pasos presurosos hacia tierras aún desconocidas....
Sin darnos cuenta, encontramos las penumbras,
Y se desdibuja nuestro futuro una vez claro y luminoso,
Cambiando las promesas por repeticiones apagadas de otros días.
 
Largo tiempo podemos caminar sin saber a dónde,
¡Buscar sin saber que encontrar,
Clamar, ¡sin saber a quién!
Llorar ¡sin saber muy bien porqué!
Pedir ayuda, ¡sin entender de qué!.
 
De pronto... un regalo sin igual,
Ser espectador de un hallazgo inesperado,
Una especie de serendipia inexplicable,
Un silencio efímero de calma,
 
Y por un breve momento... un destello en el caos,
Escuchando el llamado a libertad,
Un sonido dulce que cautiva, que sana y que levanta,
Un calor suave e inefable dentro de un alma ya olvidada,
Una luz que llena y nos convierte en la luminiscente luz del alba.
 
Y por ese breve momento, cautivados en este desconcierto,
Hay una revelación que nos libera:
 
Sí... seguirás siendo guardián de las memorias,
Pero ya no más mi carcelero o consejero,
No me retendrás en el pasado,
¡Ya no serás el dictador de mi sendero,!
Deje de amar tu dolor y tu lamento,
Me cansé... me cansé de cargar a un amante cruel y fiero.
 
Y pude descansar... sí... descansar,
Como por mucho tiempo no sabía,
Pude entrar descalza en un camino de pasto tierno,
Disfrutar el olor de libertad en las gotas del rocío,
Deleitarme en las promesas, dulces como caricias en el viento.
 
Y sin saber... encontré justamente lo que no sabía que buscaba,
Descanso y fuerza para una voluntad cansada y derrotada,
Abrazo de amor para un corazón herido en mil batallas,
Calor iridiscente para un alma abandonada y congelada,
Luz interminable y fiel para quién en sombras caminaba.
 
Hoy me despido bien de ti,
Porque a pesar de todo, también amé, también reí,
Y a través de las tormenta, me hiciste lo que fui ....
Hoy me despido bien de ti,
A buscar una versión mejorada de mi espíritu redimido,
Abrazando los hallazgos inesperados...
Los tesoros que sin buscarlos, han sido encontrados.

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