Rojas rosas florecen en el campo,
donde valientes caballeros
dejaron caer sus lanzas.
Brotan de los cansados ojos
de quienes aman, las más tristes lagrimas.
El ciclo
sin principio o final,
con idas y vueltas,
con muerte y vida,
con alegria y tristeza,
sigue.
Imperturbable
¿Cuando el amo y señor,
dejara de lado sus tierras
y verá mas allá de lo que tiene
y comprenderá la magnitud
de sus actos,
de sus tratos,
de aquello ajeno a sí?