#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
La transparente luz del mediodía filtraba por los bordes paralelos de la ventana, y el contorno de lo… frutos –o el de tu piel– resplande… El sopor de la siesta: lejanía
La posición, que es a la vez la tragedia del escritor en Cuba, puede resumirse en muy pocas palabras: el escritor no es un profesional, no tiene una manera de vivir de su trabajo, o com...
El rumor de las máquinas crecía en la sala contigua: ya mi espera de un adjetivo –o de tu cuerpo– no… más que un intento de acortar el d… La noche que llegaba y precedía
¿Por qué el Oriente, en tus libros? La pregunta cae, metalizada en el auricular, como una moneda que rebota en la obscuridad y sigue, en el embaldosado, la diagonal del alfil. ...
Escritos en el suelo han quedado l… Y en los mosaicos de piedra roja el estampido de los rostros de oro… La humedad ha cubierto los frescos… En la escalera
El coro de sopranos pintarrajeados entona tu loa: “Te comiste un Zohar te comiste un Corán.” Y de tu mano de azogue
Hojas de palma, corteza de abedul, papel que las manos piadosas han prensado y conserva, en nervaduras rugosas, más obscuras, la materia de los paños originales, la trama que lo creó: s...
Los prospectos turísticos siempre tienen razón. La prueba: esta frase, leída en un folleto rojizo, de tipografía brumosa: «Dejarás a Benarés, pero Benarés no te dejará. Algo en ti, aden...
Flauta. Son. La madrugada se descompone en su prisma de grises donde se abisma el gris de tu voz rajada. Blanco. La línea borrada
¿Los dioses se fueron, se quedaron, murieron con Beny Moré ellos que con él alucinaban, o habitan aún las orquestas habane…
Incrustarte cascabeles en las meji… con cal escribirte en la frente con rayas espirales pintarte el se… las nalgas con discos fluorescente… líneas de puntos blancas
El sueño no: la pérdida. El blanco roedor, que ciega. Pierdo pie. Todo es compuerta.
La noche está callada. Marte más rojo que nunca. Las pencas de coco forman un ángul… .........., y yo .................… seco,
Poco interés presentan estas cosas para un Concilio, que otras más ur… —la talla de los ángeles, las fuen… del Edén–, y sin duda, más valiosa… apremian sin cesar. Insisto empero
Omítemela más que lo omitido cuando alcanza y define su aporía, enciende en el reverso de su día un planeta en la noche del sentido… A pulso no: que no disfruta herido…
