SENRYUS
Pueblito majo, la Atenas del norte, sal de tu celda.
La noche abre, y puedo atenderte corazón blanco.
Eres el agua divina, y cautiva de las narices. Cuida tus flores, riega tus tallos, Magda.
En la noche vil, abraza a tu hijo, niebla fantasma.
Este, mi pecho bruto que acompaña tus amarguras.
Quiero vagar moroso por tu cuello, flor de canela.
Viento sin nombre. Como danza tu pelo bajo las nubes.
Se aproxima. Sospecho la tristeza. Es tu ausencia.
En otras fosas se quejarán los llantos, aquí, los versos.