EL AMOR NOS VUELVE HUMANOS
Coincidir ha sido un latido idílico constante, respirando el mismo aire estamos convencidos que existe lo eterno.
Las miradas son universos distintos cada vez, entonces se hace incontrolable el palpitar acelerado de dos corazones que parecen latir sincronizados al deseo de poseerse el uno al otro.
Las manos se hacen tibias, los cuerpos destilan una sensación de abstinencia al amor, cada línea detallada de sus labios son motivo de suspiros y cada gesto convierte lo cotidiano en algo extraordinario.
“Le declaro mi amor, sin miedos y sin dudas, he abierto mi alma a usted, aún sabiendo el riesgo de quedarme en la tormenta, cada risa, cada gesto y cada expresión que me ha regalado lo he guardado dentro de mí, como tesoro”
“¿Dónde estabas? Y, ¿Cómo es que has tardado tanto?
¿Por qué no puedo poner freno a esta pasión tan demente cuando estás enfrente?
Ser correspondida en este nivel sensorial es un regalo divino, y cuando le beso es como morirme y revivir, como volar y estrellarme, como gritar y hacer silencio al mismo tiempo, como lo absurdo o como la ciencia.
Besarlo es mirar la mejor pintura en la galería, es beber del cáliz antiguo, es como tomar vino, es saborear la gloria, cuando lo beso, piso descalza el césped del paraíso, donde Dios se acuesta a mirarnos.
Y el abrazo que me da es un refugio, es como el regazo de una madre, es hacerme niña otra vez, pero me hace mujer cuando se hace estrecho, me hace fuerte, me cura los miedos, me acerca al amor y me aleja del dolor.
Y su voz, le pone música al corazón que baila, es tropical para alegrarme, pero también es clásica para centrarme, para sentarme a escucharla.
Le confieso, que cada noche intento materializar su cuerpo y traerlo a mi cama, ciertos días únicamente para sentirlo respirar cerquita de mi, pero hay días que sufro porque se vuelve una necesidad tenerlo, poseerlo, quedarme a vivir dentro de Usted.
Vista desde ojos externos es una fábula, otros la perciben como imposible, algunos dirán que estamos mal y hay quienes piensan que somos unos ilusos, nuestra historia de amor, terriblemente frenética, la vivimos como par de adolescentes, sonriendo estúpidamente y sabiendo que es para siempre.