Los últimos mensajes de amor de una madre...
Un hombre sintiéndose aburrido de tanta muestras de cariño por parte de su madre, salió golpeando la puerta dejando atrás a una mujer que se desvivía por él, una mujer llena de amor, que no hacía mas que pensar en su adorado hijo. Día a día lo abrazaba besaba su rostro y acariciaba las mejillas al hijo que tanto adoraba, una llamada diaria y muchos mensajes de cariño en el celular de su hijo, no podían faltar.
Un día la mujer sintiéndose muy mal de salud y con fuertes dolores de estómago, acudió al médico por que ya hacía tiempo se venía sintiendo mal, pero para no preocupar a su hijo, jamás se lo dijo, sino que calladamente soportaba los agudos dolores que en ocasiones le sacaban lagrimas. El médico después de realizarle, varios exámenes le dijo; Señora usted tiene un cáncer y solo le queda un meses de vida. La mujer después de llorar por largo rato sentada en un parque a solas, se secó las lagrimas y regreso al hogar, allí estaba su hijo, ella corrió y lo abrazo, le dio el abrazo mas tierno y dulce que jamás le había dado, le beso el rostro como de costumbre y cuando quiso acariciar el rostro de su hijo, este no se lo permitió y le dijo, ¡Ya basta mamá! estoy demasiado grande para que tengas conmigo esta reacción y estas muestras tan eufóricas de cariño, ¡Por si no te has dado cuenta ya crecí y no me hacen falta esas cosas, deja eso para un pequeño que necesita arrumacos, yo no lo necesito y no estoy para eso! además te informo, que renté un cuarto para irme a vivir solo, necesito mi espacio y no necesito tenerte ya mas a mi lado, ni que me protejas como a un bebe, ¡Me fastidian tus muestras exageradas de cariño! y un hombre como yo sabe que eso está de mas.
Que dolor sintió la madre al ver que su niño ya no deseaba que ella le demostrara su amor, así como acostumbraba y que se estaba aprontando para vivir sin ella, ¡Lo amo demasiado pero quizás sea mejor que él piense a si!...pensó.
Los días pasaron y la madre cuando podía y su hijo se encontraba de buen humor aprovechaba de robarle un beso y un abrazo. Cierto día la mujer amaneció sintiéndose muy mal, llamó muchas veces a su hijo por teléfono, pero este no contestó jamás, por que creía que eran las llamadas de siempre que su madre le hacia y ¡Que lata! ¡otra vez me dirá cuanto me quiere, y que nadie hay mas importante en su vida que yo!. Pasó el día, y el joven no respondió a ninguna de las llamadas que su madre le hizo, y menos sus mensajes los que ni siquiera se dignó a leer.
Ya de noche de regreso al hogar se sorprendió porque no habían luces encendidas como de costumbre ni la chimenea humeaba pese a que afuera hacia muchísimo frío
¡Mamá! ¡Mamá! ¡ya regresé!
¿donde estas? preguntó mas de una vez, y la respuesta solo fue el silencio, encendida ya la luz se dirigió al cuarto de su madre la que se encontraba en el suelo, con el teléfono aun en sus manos en el cual había escrito varios mensajes de amor para su adorado hijo...
1" Mi niño te llame muchas veces pero no respondiste"
2 “nunca olvides, que no existió en el mundo un hombre mas importante que tú, siempre fuiste y serás el gran amor que yo tuve”
3 ¡¡Cuídate mi pequeño!!
4 “Tu mamá que siempre te amara”...
Allí arrodillado al lado del cuerpo de su madre lloraba desconsolado como un niño, el hombre, el que un día le dijo a su madre “Ya soy grande y no necesito de arrumacos ni de abrazos lo que necesito es mi propio espacio” Era él ahora quien besaba el rostro de su madre, la abrazaba y le rogaba que no lo dejara solo.
Ahora tiene el joven tiene su propio espacio y una casa vacía y grande, un ambiente frío y solitario, que solo le recuerda a su madre, que le hace tanta falta, y daría lo que fuera por recibir nuevamente los besos que se negó a recibir un día.
Hoy es él quien a diario visita a su madre, en el lugar que ella descansa, y no cansa de decirle lo mucho que la ama, que la extraña, y la falta que le hace su cariño.
Mónica.
Muñoz Rodriguez Ruth
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Chile