La luz transforma esa pared silenciosa,
el pozo, la caverna.
La luz se cae al pozo de mi alma.
¿Dónde, dónde encontrar,
dónde una puerta abierta, una ventana,
dónde el sitio de estarme para siempre?
En esta profunda cavidad sin mapa estoy perdido.
(¿Desde cuándo se pierde lo perdido?)
Hundido entre estatuas de cristal,
tocando la bóveda del alma;
estalactitas de vueltas y arcos espaciales,
esponjas y pitares,
gotas de espanto, rocas.
Exploro el interior. Atisbo, palpo, pregunto:
¿qué estoy haciendo Dios, qué busco en la caverna?