Tengo mañanas de sol,
doradas como tu boca...
Hay mañanas que con ternura,
tu viajas entre mis pensamientos...
Mañanas en las que yo me aferro,
a esa risa que dejaste
la última vez que estuvimos juntos...
No se como sobreviviré
a la distancia...
Si no me sujeto a tus palabras...
Como yo me sujeto,
a las canciones que me hacen llorar...
Igual que retengo aquel instante breve,
donde se cruzaron
tu mirada y la mía...
Aquel día,
yo supe que tus ojos y mis ojos
se habían encontrado...
Y desde entonces,
tu fuistes para mi,
mas que el eco de una ola...
Has sido desde entonces,
mi ola que vuelve de atravesar mares...
Para llegar a mis orillas,
tu antigua orilla...
Siempre es siempre