Hermano: ¡Recuerda que debes partir!
¿El día?... ¡No importa!...Es fuerza seguir
hacia la celeste cinta del camino.
Prodiga tu ciencia; deja oír tu trino,
reparte tus panes y da de tu vino;
que todos los años, para la estación
alguno, cualquiera, dirá en la reunión:
—Un día como este, hace un año, vino
un hombre de lejos, y nos dio su vino,
nos abrió la rosa de su corazón,
nos dio sus sonrisas y…por el camino,
como cinta de oro, tendió su canción…
Hermano: ¡Recuerda que debes partir!
¿El día?... ¡No importa, pero ha de venir!
y es sabio que tengas hecha tu canción
con risas y lágrimas de tu corazón.