Ayer lancé una flecha directa al gato que no queríamos ver y se desató.
Cuando dibujabas círculos estaba latente, como un ente omnipresente, el ojo que todo lo ve y no estás seguro.
Ayer que me platicabas, había un grado de locura en ambos, que deseamos resolver una ecuación bastante sencilla pero cuando corremos para sentirnos se nos abre un acantilado del que se salta o no.
Lancé mi flecha y abrí los ojos. Eres parte de un sueño lunar, poco a poco me siento parte de el pero a la mañana sé que es más complicado de lo que parece.
¿Cómo podría saber?
Porque solo sé que te veo y quiero tomarte de la mano, mi amor.