Que no te falte tiempo para comer con los amigos partir el pan, reconocerse en las miradas. Deseo que la noche
Mi Pedro no es soldado; no ambici… de César ni Alejandro los laurele… si a sus sienes aguarda una corona… la hallará del estudio en los verg… ¡Si lo vierais jugar! Tienen sus…
Hijo de algún confín de la llanura Abierta, elemental, casi secreta, Tiraba el firme lazo que sujeta Al firme toro de cerviz oscura. Se batió con el indio y con el god…
La maldita circunstancia del agua… me obliga a sentarme en la mesa de… Si no pensara que el agua me rodea… hubiera podido dormir a pierna sue… Mientras los muchachos se despojab…
Los animales fueron imperfectos, largos de cola, tristes de cabeza. Poco a poco se fueron
La esperanza tan dulce: tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve no me sirve tan mansa
La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras ...
Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles
No te des por vencido, ni aún venc… no te sientas esclavo, ni aún escl… trémulo de pavor, piénsate bravo, y acomete feroz, ya mal herido. Ten el tesón del clavo enmohecido
Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto
El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por ...
¡Es con voz de la Biblia, o verso… que habría que llegar hasta ti, Ca… ¡Primitivo y moderno, sencillo y c… con un algo de Washington y cuatro… Eres los Estados Unidos,
Si (como afirma el griego en el C… el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de “rosa” está la ro… y todo el Nilo en la palabra “Nil… Y, hecho de consonantes y vocales,
Música del Japón. Avaramente de la clepsidra se desprenden gota… de lenta miel o de invisible oro que en el tiempo repiten una trama eterna y frágil, misteriosa y clar…
Pensar que en un antes neblinoso y… tu adolescencia era cotidiana y notabas en las yemas de los dedo… las variables superficies de vida que ahora sentís a veces en las uñ…
No me des tregua, no me perdones n… Hostígame en la sangre, que cada c… ¡No me dejes dormir, no me des paz… Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente.
Antes de entrar en el desierto los soldados bebieron largamente e… Hierocles derramó en la tierra el agua de su cántaro y dijo: Si hemos de entrar en el desierto,
Tal vez no ser es ser sin que tú s… sin que vayas cortando el mediodía como una flor azul, sin que camine… más tarde por la niebla y los ladr… sin esa luz que llevas en la mano
Aún te veo, río de mi vida, con los ojos que miran las montaña… Yo era una montaña con almendros montaña solitaria. Y viniste alegre con tu canto
El arrabal es el reflejo de nuestr… Mis pasos claudicaron cuando iban a pisar el horizonte y quedé entre las casas, cuadriculadas en manzanas
Para cruzarlo o para no cruzarlo ahí está el puente en la otra orilla alguien me esper… con un durazno y un país traigo conmigo ofrendas desusadas
Mi boca ha pronunciado y pronunciará, miles de veces y en los dos idiomas que me son íntimos, el padre nuestro, pero sólo en parte lo entiendo. Esta mañana, la del día primero de julio ...
De las generaciones de las rosas que en el fondo del tiempo se han… quiero que una se salve del olvido… una sin marca o signo entre las co… que fueron. El destino me depara
Dirijo este poema (por ahora aceptemos esa palabra) al tercer hombre que se cruzó conm… no menos misterioso que el de Aris… El sábado salí.
Ustedes cuando aman exigen bienestar una cama de cedro y un colchón especial nosotros cuando amamos
¿Hubo un Jardín o fue el Jardín u… Lento en la vaga luz, me he pregun… casi como un consuelo, si el pasad… de que este Adán, hoy mísero, era… no fue sino una mágica impostura
Te vi aquella tarde a la orilla del mar, sola con tus pensamientos, dejando el tiempo pasar. No te preocupes, niña,
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie
Cebolla luminosa redoma, pétalo a pétalo se formó tu hermosura, escamas de cristal te acrecentaron
Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la no… De esta ciudad de libros hizo dueñ…