#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1988 #VientosDelExilio
Los malos hábitos de un siglo páni… vuelven quimérico todo diagnóstico pero en lo íntimo me viene el pálp… de que los crápulas viajan de incó… en nuestra módica tierra de náufra…
Cierto, me rodean árboles un tanto… se asoman al paisaje como buscándo… mas yo también me busco y he olvid… desesperadamente mis labios. Vuelvo recién del último silencio
No cabe duda ésta es mi casa aquí revivo aquí sucedo ésta es mi casa detenida en un capítulo del tiempo llega el otoño y me defiende
Uno llega con sus ojos de buey con sus dedos de frente o con sus pies de plomo todo eso y además
Mientras mi padre se asfixia en la… mientras mi padre se asfixia como… definitivamente vencido y usa su último hilo de voz para u… el alma
Alguien limpia la celda de la tortura que no quede la sangre ni la amargura alguien pone en los muros
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie
Estás alicaído, estás dudando, no te alcanzan las pruebas ni las… cada Dónde te ofusca, cada Cuándo… Recorres el confort, las estrechec… que quedaron atrás y es razonable
Todo verdor perecerá dijo la voz de la escritura como siempre implacable pero también es cierto
Quién hubiera creído que se hallab… sola en el aire, oculta, tu mirada. Quién hubiera creído esa terrible ocasión de nacer puesta al alcance
Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: «Se acabó la escritura. La literatura está condenada a morir. De ahora en adelante sólo existirá la Cultura del Ruido y de la...
Pongo estos seis versos en mi bote… con el secreto designio de que alg… llegue a una playa casi desierta y un niño la encuentre y la destap… y en lugar de versos extraiga pied…
Tutor de los perdones distribuidor de penas condona las condenas condena los condones
Los sueños son pequeñas muertes tramoyas anticipos simulacros de m… el despertar en cambio nos parece una resurrección y por las dudas olvidamos cuanto antes lo soñado
Al principio eras niño como yo pero mucho más ágil no sólo me advertías de la baldosa floja