Nunca fui yo el problema, sino tu ceguera,
Que te impedía ver mi valor y mi esencia verdadera,
Fuiste tú quien no pudo comprender mi brillo,
Y que dejaste escapar mi amor con tu desatino.
Nunca fui yo el problema,
sino tu falta de perspectiva,
Que te llevó a subestimarme y minimizar mi vida,
Fuiste tú quien no pudo apreciar mi alma,
Y que dejaste escapar mi amor con tu falta de calma.
Nunca fui yo el problema,
sino tu inmadurez, Que te hizo actuar de manera egoísta y cruel,
Fuiste tú quien no pudo ver mi amor como una bendición,
Y que dejaste escapar mi amor con tu falta de razón.
Pero yo no culpo tu debilidad ni tu fragilidad,
Solo lamento que no hayas podido ver mi bondad,
Pero yo seguiré mi camino con la cabeza en alto,
Y dejaré que mi corazón guíe mi destino en lo alto.
Nunca fui yo el problema,
sino tu error, Que te hizo perder lo mejor de lo que podías tener,
Pero yo seguiré adelante con mi corazón fuerte,
Y encontraré un amor verdadero que me haga sentir más fuerte.