Doce meses, un año Tratando de olvidarte. Once semanas, dos noches Pasando horas de insomnio. Diez días, tres almas
Cuesta encontrar a alguien que me escuche cuando no quiero hablar, que me mire cuando no puedo ver.
Tengo la extraña habilidad de equivocarme en lo simple, de enamorarme de los errores, de tropezarme todos los días con la misma piedra de ayer.
Tus ojos son un firmamento poblado de estrellas, un telón de teatro que oculta la gran obra, un repelente de depresiones,
A partir de hoy, las rosas que se dan en fechas especiales pueden ser para mí tanto memoria
Digo que sigues haciendo parte de… creen los demás que sigo enamorada sin embargo, olvidan que tener pesadillas también es soñar.
No se encontraron nuestras almas g… tampoco puede decirse que fuera ca… simplemente nos obligamos a cruzar… a que nuestras esperanzas se suici… pretendiendo compartir un presente
Hoy te vi y no fui capaz de hablarte, ibas corriendo, bajando las escaleras, con la bufanda al viento.
A veces la veo mirando a la esquina y dice que hay alguien llorando al otro lado de la pared.
Yo no sé qué será la felicidad y supongo que nadie lo sabe, pero también supongo que suponen que lo saben. Algunos son felicidad temporal
Yo quisiera que vieras en mí más que una amistad, más que una tragedia, porque sé
Porque cuando no te busco Te encuentro Y cuando no pretendo encontrarte Te veo. Porque jugar a las escondidas
Cuando me di cuenta era tarde: me había enamorado de un idiota que al final optó por abandonarme.
Yo entiendo bien que quisieras estar conmigo (porque quién no), pero sé muy bien quien jamás estará contigo
Está mi cuerpo lleno de firmas de huellas y marcas que guardan recuerdos —generalmente malos— que me impulsan a seguir