Los versos del Capitán
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Amigo, llévate lo que tú quieras, penetra tu mirada en los rincones y si así lo deseas, yo te doy mi a… con sus blancas avenidas y sus can… Amigo –con la tarde haz que se vay…
No estés lejos de mí un solo día,… porque, no sé decirlo, es largo el… y te estaré esperando como en las… cuando en alguna parte se durmiero… No te vayas por una hora porque en…
Ésta es la casa, el mar y la bande… Errábamos por otros largos muros. No hallábamos la puerta ni el soni… desde la ausencia, como desde muer… Y al fin la casa abre su silencio,
Hay que volar en este tiempo, a dó… Sin alas, sin avión, volar sin dud… ya los pasos pasaron sin remedio, no elevaron los pies del pasajero. Hay que volar a cada instante como
Del aire al aire, como una red vac… iba yo entre las calles y la atmós… en el advenimiento del otoño la mo… de las hojas, y entre la primavera… lo que el más grande amor, como de…
Quiero saltar al agua para caer al…
Cuántas veces, amor, te amé sin ve… sin reconocer tu mirada, sin mirar… en regiones contrarias, en un medi… eras sólo el aroma de los cereales… Tal vez te vi, te supuse al pasar…
Cotapos dice que tu risa cae como un halcón desde una brusca to… y, es verdad, atraviesas el follaj… con un solo relámpago de tu estirp… que cae, y corta, y saltan las len…
Dejo en la nave de la rosa la decisión del herbolario: si la estima por su virtud o por la herida del aroma: si es intacta como la quiere
La casa en la mañana con la verdad… de sábanas y plumas, el origen del… sin dirección, errante como una po… entre los horizontes del orden y d… Las cosas quieren arrastrar vestig…
Flor el pantano vertiente la roca; tu alma embellece lo que toca. La carne pasa, tu vida queda toda en mi verso de sangre o de se… Hay que ser dulce sobre todas las…
Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías… marchito, impenetrable, como un ci… navegando en un agua de origen y c… El olor de las peluquerías me hace…
De cama en cama en cama es este viaje el viaje de la vida. El que nace, el herido y el que muere,
Con mi razón apenas, con mis dedos… con lentas aguas lentas inundadas, caigo al imperio de los nomeolvide… a una tenaz atmósfera de luto, a una olvidada sala decaída,
Ay de mí, ay de nosotros, bienamad… sólo quisimos sólo amor, amarnos, y entre tantos dolores se dispuso sólo nosotros dos ser malheridos. Quisimos el tú y yo para nosotros,