005 - Y
Todo empieza con un pacto de preguntas sin respuesta que se funden con la fricción de las sábanas. Me aferro a tu piel tibia cada vez más cerca del abismo y me pregunto cómo será precipitarse al vacío.
Pacto de silencios y de arañazos en el pecho, de cortes lo suficientemente profundos, inevitablemente perfectas las grietas en el espejo.
Pacto que perfora la telaraña de mis ligamentos para abrirse paso entre los pliegues de mi cuerpo.
Pacto ultraviolento.
Pacto de sombras, sangres y reflejos de mí mismo que detesto. La mecánica de un diálogo roto porque no recuerdo tu pregunta y me he quedado hablando solo. El tiempo es oro, dicen.
Pero tú esperas una respuesta, lo veo en tus pupilas mientras escupo el exceso de violencia que provoca tu saliva.
Me ahogo en tu díscola marea. Soy el lastre de tus caderas y rozo el vacío con cada embestida. El vicio mata, dicen.
Cada embestida te pido un poco más. Olvidando, provocando, suplicando.
Un poco más de pacto, un poco más de abismo.
005 - Y