Créeme,
cuando te diga que el amor me espanta,
que me derrumbo ante un “te quiero” dulce,
que soy feliz abriendo una trinchera.
Créeme,
cuando me vaya y te nombre en la tarde
viajando en una nube de tus horas,
cuando te incluya entre mis monumentos.
Créeme,
cuando te diga que me voy al viento
de una razón que no permite espera,
cuando te diga “no soy primavera,
sino una tabla sobre un mar violento”.
Créeme,
si no me ves y no te digo nada,
si un día me pierdo y no regreso nunca.
Créeme,
que quiero ser machete en plena zafra,
bala feroz al centro del combate.
Créeme,
que mis palomas tienen de arco iris,
lo que mis manos de canciones finas.
Créeme, créeme,
porque así soy y así no soy de nadie.