Muero de ti, de amor en desventura,
de mal pagado amor que en ti se obstina.
Muero de ver mi vida que declina
en desolado invierno y red oscura.
Muero de un mal que muerte me asegura:
de traspasado corazón y espina.
Y a ti, al morir, la muerte me encamina,
aunque sean tuyos dardo y amargura.
¿A quién acudiré, si a ti no acudo?
¿A quién irá mi amor por ti, desnudo,
a confesar la pena que me mata?
Del mal que hacia la muerte me arrebata,
de ese morir a solas, sin consuelo,
si no me duelo a ti, di, ¿a quién me duelo?