Hilos. Nudos. Sonrisas. Pequeña gloria. Hombre en las tinieblas. Soy el que ya no sufre. No pido pan.

Dejar olvidar de a poco el que soy. Hundirme lentamente en las horas de la noche

Recuerdo tu vientre de pantera destrozado. Mis dientes. Tus garras

Hubo días y noches que no encontraba consuelo y los versos se agolpaban como caballos furiosos en mis manos

Balbucear cuando ya no queda otro camino balbucear aunque poco de a poco ir diciendo.

Reina pequeña Buenos Aires. Hoy te sentaré a mi lado y haremos juntos el viaje de un poema.

Tener un lugar para llorar por nuestros muertos en paz. Ésa es la razón

Piel abrochada a mi garganta piel de pieles. el hombre que buscaba no existe ni siquiera en mí. Retrocedo todo

A veces tengo los ojos contra las nubes sólo quiero volver a la ciudad. Bajo desde las alturas ciudadanas… me dejo caminar por la calle Princ…

Dejo de ser. Abrazo de un salto el halo frágil de una voz y entrego a cualquier palabra

Hay un decreto ley, del 26 de agosto, donde se me promulga para toda España ciudadano español

El amor. El Amor. ¿Dónde estará el amor? Cuántas veces dibujé la esquina donde nunca llegaste

Soy un hombre buscando su identidad perdida. Ambiciono con violenta pasión aquellas tardes cuando caminando por la calle

Vi cómo los perfiles del tiempo se posaban levemente en mi piel dejando una marca.

Tu cuerpo se me aparecía por las noches como una montaña y yo trepaba por tu cuerpo