QUE ME PERDONE LA POESÍA
Poesía
Que me perdone la poesía si no alcanzo el paraíso,
si lo que escribo muere antes de nacer.
Si a veces mi pluma tiembla sin aviso,
y lo que callo, grita en mi papel.
Me juzgo con dureza en cada intento,
como si los dioses exigieran más.
Persigo un verso perfecto en el viento,
y sólo hallo ruinas al final del compás.
He probado la tinta más callada,
la que sangra sin que nadie la vea.
Pero cada palabra queda quebrada,
como un alma que a solas se marea.
He leído a los grandes con envidia,
sus versos son templos que no sé erigir.
Mi poesía es herida, es desidia,
es un naufragio que no sabe morir.
Y a veces reniego de esta condena,
de esta sed que me arrastra sin razón.
Cada verso se me vuelve cadena,
cada estrofa me encierra el corazón.
Que me perdone la poesía esta torpeza,
esta guerra interna que no sabe cesar.
No todos nacen con la misma belleza,
algunos sólo escriben para llorar.
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