En el principio
Fue el cielo y la tierra.
Y así sólo pudo verse la luz,
Y en su total plenitud
Abarcó a la conciencia;
Seguido de un acto puro
Que trajo obediencia.
Como acogemos a un ser,
Nadie se da cuenta;
Que pasamos por reencarnaciones
Con la visita que frecuenta.
Un alma hospeda a otro
Sin recuerdos, sin nada.
Esperando a que otros,
Ocupen un cuerpo y alma.
Como si las estrellas calleran
En el fondo del mar.