Miguel Peñafiel

EL PERRO ESTÁ TRISTE

¿Que le pasaba al perro de una señora?

El perro estaba triste; ¿que le pasaba al perro de una señora?
Una hermosa criatura de un hermoso pelaje blanco como la nieve. Con unos ojitos melancólicos como que si expresarán una profunda tristeza. Era la atención de toda la gente cuando pasaba por la casa donde vivía, era menos fierecillas más que eso era una dócil criatura, una criatura tan reprimida y triste que había perdido las ganas de aullar.
la gente se preguntaba porque tan bonito perrito pasaba acostado y callado como si fuera
Un perrito mudo pero pensativo, no daba ni tan solo un ladrido pero sus ojos no daban más que notar; que estaba triste _ pero de que era su tristeza no lo sabía. Ante cada párpados humedecidos que asomaba tras la reja de esa maldita jaula, bostezaba con el hocico una profundas ganas de aburrimiento, mientras que sus inocentes ojos veían como otros perros vagaban libremente al aire puro por las calles sintiéndose feliz; era obvio que realmente me había dado cuenta de la verdad. El can tan solo quería un poco de libertad, un poco de brisa de viento que pudiera sentir golpear entre su velludo cuerpo. Entonces golpee la puerta de la casa donde el perro vivía  y me salio una señora ya de mayor edad y presentandome yo le dije: tenga usted un cordial saludo de parte de quien le habla, mi nombre es Miguel Ángel y deseo pedirle un gran favor, _ la señora respondiendo me dijo; en que le puedo ayudar joven. Le había pedido que le diera permiso al perro para poderlo llevar a dar un paseo, sin desconfianza la señora accedió aunque yo muy sorprendido estaba que haya confiado en un desconocido como yo. La señora me dijo que ya hace muchos años nadie sacaba a pasear al perro, ya que sus hijos se habían casado y su esposo había fallecido, ella estaba muy sola y ya sus pies no le daban para hacer esa tarea, _ con gusto acepto y yo ofrecido y feliz lleve al perro a dar una vuelta que por cierto sería la última que recorrería en su vida. No podía dejarme de sorprender como el perro estaba tan contento, como sus ojos melancólicos salieron de esa oscuro encerramiento de ese mundo donde el se encontraba, sus ojos volvieron a brillar de alegría y asombro. Luego de toda una maravillosa tarde que pase junto a la criatura me di cuenta que ellos son como nosotros y también dentro de su corazón tienen buenos sentimientos y nada mas desean un poquito de atención de parte de uno. Luego de llevarlo con su dueña le dije que estaba muy agradecido y que me gustaría volverlo a sacar a pasear cuando tuviera tiempo, _ la señora respondiendo me dijo que cuando quisiera podría ir. El perro muy agradecido movía su cola mientras que sus ladridos se escuchaban de lejos mientras me alejaba del lugar. Pasaron unos ocho días cuando decidí regresar al lugar en busca de aquel perrito, sin imaginarme que la dueña me dio la noticia que hace dos días atrás el perro había muerto envenenado; mis ojos se llenaron de lágrimas conmovido ante semejante y cruel noticia, dándome una vez más cuenta que la vida está llena de sorpresas y uno no sabe cuando la mensajera te viene a llevar. Pero mi corazón estaba más lleno de rabia al darme cuenta como habían personas malvadas sin corazón que pudiera haber hecho un acto tan salvaje y cruel con semejante criatura tan amorosa que solo quería un poco de libertad y alegría. Pero al mismo tiempo me sentí feliz de haberle concedido al perro su último recorrido.

MORALEJA: la moraleja esta en que la vida es oro y de tiempo muy corto, y nunca podríamos saber cómo y cuándo, sea la hora de partir hacia el otro lado de la vida. Disfruta de tus seres queridos, ama y respeta a los seres vivientes de la naturaleza para estar en paz con el mundo. Y cuándo llegue la hora de partir, podamos despedirnos con una gran sonrisa.

(2014)

Reserva derecho de autor.

#Inspirado

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