EL FIN INESPERADO
A PUNTO DE PARTIR, mi voz viva y desesperada le gritó: amor mío no te vayas, quédate conmigo, le dije; mi corazón se muere: ven… Y sin escucharme, ella se marchó.
Unas lágrimas de mis ojos anunciaron su salida. La mujer de mi vida, sin pena ni compasión arranco de mi pecho el alma como un trágico asesinato de la cual, me costó trabajo asimilar los días grises y las horas devastadoras, bajo el cielo caído, sucio, como si se acostara a dormir bajo el suelo en las primeras nieblas nocturnas…
Se parecían mis ojos inyectados en sangre, rojos, de tanto llorar, pues el amor me había dejado un dolor, y bajo ese dolor: un terrible pensamiento iba, como si unas garras de acero, iba rasgándome el cerebro. Obsesionado por su amor, parecía escuchar su voz, a cada hora que me llama, se oía sobre el estruendo de mi pensamiento, sintiendo un dolor agudo en el cerebro; cerré los ojos: y no quise pensar más.
Más una idea brotaba de ellos; la locura de poner fin a todo este dolor. Amor mío: te llevas de mi tantas cosas, que dudo que has de darme las mismas rosas, y siento sin tu amor la tristeza sin nombre, de dejar de llorar para tener a quien me llore. Tú que completas la unidad profunda de mi espíritu atormentado, mi horror al sentido común de las gentes serias, mi sed de amar, mis ansias de imposibles, lo debo a ti, me enseñaste el amor a la soledad, la noche y el silencio, me iniciaste en todo lo amargo y triste, arrastrando a mi corazón y a mí, al abismo de la noche fría.
Y el pañuelo confidente que recogió mis lágrimas…? Al momento de tu partida. Fue de testigo de lo mucho que te quiero, que a partir de ese día; una parte de mi no volvió hacer lo mismo. Fue como si me hubieran quitado la sonrisa de mi boca, más se podría decir el alma misma. Ya no podre llorar más, ni mis poesías por mí, porque a partir de este momento todo se acabó para mí, y tú apenas comprenderás; que tu amor perverso arrojo mi corazón de aquí para allá, parecido al viento cuando arroja a la hoja muerta cuyo destino es el camino del mío: después de tu ida.
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