Cuando cierro mis ojos es cuando más pienso,
todo el día mirando, hacer una poesía para ti...
pero al estar despierto, en mi sueño suspenso
rima mi melancolía en unas melodías para mí.
Tú, dulce canto vuelve, famoso el escenar
Cómo quién haría un feliz espectáculo,
para el brillante día, de tu canto estelar
termina convirtiéndose en mi mejor ángulo.
Cuánto podría, amada, bendecir a mis ojos
al poder contemplarte a plena luz del día,
de jurarte mi amor puesto de hinojos
que fascinaron tu alma, fuerte, pura y mía.
En el pesado sueño, te ven mis ojos ciegos
al ser tu luz más clara que me asombra,
y me embargo en un mundo lleno de egos
dónde mi poesía dulce a diario te nombra.