Bajo la noche encendida en un cielo en calma,
Y al susurrar el canto en medio de la brisa,
Para nuestro elogio nos cargamos de la risa
Y así fue como el amor nos cayó al alma.
Recuerdas, cómo fue. Acaso no es merecido,
Que tú y yo juntos, nos armamos suave,
¿Será en la solitaria intimidad del nido
Como el modo de invitar que tiene el ave?
Y habrá quien no haya visto en nuestro amor,
A través de las almas golpeando las hojas,
Derrama sombra y luz, luna de clamor,
Caer las violetas de la luna en las amapolas.