Hala, hala
¡Da vueltas a la noria, arrastra el ala!
Rosa que alegra el aire al sol que asoma
De aires te deja ¡estúpida conseja!
Y ven en la olla negra a echar tu aroma.
Alma, que dulcemente te consumes,
Y en esta muerte ves sabrosa suerte,
¡Almas abajo,—abajo los perfumes!
La vida es un molino:
Hay que ganar el pan y hacer el vino.—
Ya sé que vas sangrando y malherida,
Y a cada gota de tu sangre brota
Una cruz de jacinto florecida.