Nicolás siempre había sabido los datos verdaderos de aquel personaje singular, pero el nombre de guerra era Gabriel y así había que nombrarlo. Alguna vez (de eso hacía ya un par de años...

Después de tanta quietud tanto sil… el país gira como un trompo llega a la orilla de las decisione… de las falencias y del optimismo cada uno lleva su ramillete de gan…

Fue un sábado de tarde, en plena siesta, cuando sonó la primera llamada. Aún medio aturdido, había alargado el brazo hasta el teléfono, y una voz masculina, ni demasiado grave ni demasi...

Todo el mundo lo admite antes no había y ahora nos asombra que aparezcan en la calle en el quiosco en las e… concurran a las puertas a los timb…

¿Dónde empieza la niebla que te es… ignoro dónde ¿cómo puedes andar con pies de plo… ignoro cómo ¿cuánto cuesta vencer a tu quebran…

Hubiera entregado el Dios que no… hubiera aprendido tres o cuatro si… y así desalentado, así fiel, ceniciento, invariable como un recuerdo atroz,

Otra vez estoy solo tan hondamente solo que no siento la ayuda ni el calor

Rodolfo convirtió la realidad en s… asedió las respuestas con pregunta… tuvo una enojosa obsesión por la v… cómo no iban a odiarlo si sabían q… maltrecho o pertrecho con su cara…

Por segundo año consecutivo, los Williams y los Peabody se encontraban en el agosto de Puerto Pollensa. Como tantos ingleses, franceses, escandinavos, se sentían atraídos por la relativ...

Durante muchos años y tantísimos versos el paisaje no estuvo en mis poemas vaya a saber