El primero de enero
de mil novecientos sesenta y nueve
la señora de lot
gusana del vedado
no resiste el consuelo de la tentación
e insuficientemente perpleja mira
los diez años llameantes
que quedaron atrás
por cierto que no es cómodo ver de nuevo
cómo son son atrapados su vecino el caco su primo el gangster su
suegro el ex verdugo
cómo el infame astrólogo tiene el descaro de anunciarle
acrecentarás tu propiedad
cómo su hermano y su irreparable cuñada se van una noche
cualquiera sin murmurarle adiós ni allá te
esperaremos
la señora de lot
gusana del vedado comprueba atónita cómo los mezquinos corifeos se estrellan
contra la explicable amnesia de dios
cómo el país es sojuzgado por la dulce ferocidad del alfabeto
cómo la sexta mansión de su estirpe es invadida por becarias
radiantes por negritas
cómo la revolución acierta y se equivoca y comete milagros
sin visto bueno
cómo la revolución se da de bofetadas humaniza su astucia y
cuando está a punto de volverse alegoría se echa
limón en los ojos y la alegoría se va sutilmente al
carajo y la revolución en cambio permanece
la señora de lot
gusana del vedado
mira hacia atrás y ve cómo se trabaja en silencio y en escándalo
cómo el bloqueo no se desmorona con vivas y deseos y sin
embargo
cómo el orgullo puede ser un dignísimo cepo y sin embargo
sin embargo nadie se encoge de hombros
la indiferencia está fuera de uso
la isla se mueve con su bloqueo
como saturno con su anillo
la señora de lot
gusana del vedado
advierte una salobre frustración en sus invictos lacrirnales
mas contra todo lo previsto
contra los pésimos agüeros de su confesor y de sus tías y de
la voz de las américas
no se convierte en estatua de sal
que al fin de cuentas habría sido un colmo de tradición pero
también un azar de relativa dignidad
para su suerte o para su oprobio
para su premio o su penitencia
no se convierte en estatua de sal
sencillamente sigue y seguirá siendo
la señora de lot
gusana del vedado.