#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1986 #PreguntasAlAzar
Rojo / como el que más / radiante vino rojo la herida de las vírgenes el crepúsculo fucsia el toro ya vencido
Dios morirá de viejo pesaroso y hastiado triste por no poder encomendarse a dios.
Estuvimos en epidauros veinticinco… y también escuchamos desde las más… el rasgueo del fósforo que allá ab… encendía la guía la misma gordita que entre templo y templete
En las manos te traigo viejas señales son mis manos de ahora no las de antes doy lo que puedo
En el Activo consta lo siguiente un corazón inhábil y porfiado los padres como abrigo corno mundo dos viejas noches de hace treinta…
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Cuando me canse de escuchar llantos de niños en la brisa cuando me canse de mirar pueblos que apenas son ceniza me iré con lluvias estrelladas
Querés saber dónde están los mucha… sospechás que ahora vendrán caras… y aunque pasó una sombra sonó un b… guardás escondida una esperanza hu… que es toda la fortuna de tu coraz…
La calumnia como hiroshima de bols… el desierto como adversario unánim… el silencio como razón de estado la hipocresía como recoveco de la… el desamor como metáfora de fuego
¿Y si Dios fuera mujer? pregunta Juan sin inmutarse, vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos no dijéramos no con la cabeza
Compañero remoto en tu fe de mader… alerta en la querella que no se de… transcurres por los sueños y el in… sin parpadear ni vernos / custodio… hacedores de inviernos y socorros…
—Usted no es mallorquín, ¿verdad?—dice la adolescente desde la mesa vecina. —¿Cómo? ¿Qué?—se sobresalta Quiñones y casi se atora con el jerez seco. —¿Lo asusté?—La muchacha no p...
La indiferencia de la roca me conmueve y me aplaza cómo irme desgranando hora a hora
¿Cómo compaginar la aniquiladora idea de la muerte con ese incontenible afán de vida?
A la muerte a la muerte a la muert… no importa que el verano nos ataje que las piedras incrédulas nos mir… los sordomudos del amor los milita… de la felicidad nos exorcicen