Eterno abrazo de cuerpos, por la vida abatidos
que inventando helados mares
entregarónse a sus sentidos.
En las cenizas de esos seres, que arrasando su inocencia
reavivan los rescoldos
que ocultaron la violencia.
¡Son las brasas que prendieron la infinita llama dormida!
Buscando anular su razón...
consumir su verdad vencida.
Súbitamente la vida, se alejó de la agonía.
o quizás sigue latiendo,
en sus huesos, todavía...