Y si la luz lo ilumina,
y lo descubre,
lo ve brillar por más bruto diamante,
ve las colmenas que se esconden
detrás de sus ojos llenos
de la más dulce miel.
Se encandila con su sonrisa
radiante, que solo se proyecta
por sincera felicidad.
Le toma firme su mano gruesa
por tanto trabajo en la tierra y se deslizan
al ritmo de sus movimientos,
que sabe leer a la perfección.
Y se vuelven cómplices en el baile,
y la cruza de palabras teje una prenda
que los cubre, se vuelven uno solo,
y de pronto él también la descubre,
se olvida de todo, se acerca al encuentro
de un beso.
Y me acerco también, recuerdo que estamos juntos, que soy... su amor