Silencio
Calla, niña, baja la frente,
que hablar demasiado es cosa de muerte.
Que el libro es veneno, que el aula es pecado,
que el sueño es peligro si está en tus manos.
Calla, mujer, camina despacio,
que el suelo es ajeno, que el mundo es su espacio.
Que el aire no es tuyo, que el sol no te nombra,
que eres sombra entre sombras.
Cierran escuelas, apagan las voces,
rompen las alas, destierran los nombres.
Prohíben la risa, prohíben el canto,
temen tu verbo... lo temen tanto.
Pero el viento recuerda, murmura en la arena,
susurra en los muros, golpea cadenas.
Porque no hay rejas que frenen la idea,
ni ley que detenga la primavera.
Que tiemblen los dueños del miedo y del látigo,
porque hasta en el polvo renace un árbol.
Porque aunque callen, aunque castiguen,
las voces silentes... siempre persisten.
@María José Luque Fernández
