Varias niñas juntas
después del genocidio,
aterradas en los túneles,
sus bocas llenas de sangre,
sus partes íntimas derramándose
y de fondo, en árabe,
decenas de cientos de monstruos
representando a miles, ¿quien sabe?
millones de psicópatas que ríen
con la amputación
de brazos, pechos, piernas,
con la tortura y el asesinato.
Varias niñas juntas,
aterradas en los túneles
sus bocas llenas de sangre,
sus partes íntimas derramándose
en más de doscientos días.
Me pregunto cómo duele
el miedo, la sangre, los golpes
la inflamación, el derramamiento,
tantos días sin una pequeña gasa
ni una pequeña caricia,
sin un consuelo de madre,
sin la menor esperanza
de escapar de allí.
¿Cómo duele el segundo de
unas niñas rodeadas de monstruos
que las toman y golpean
a su antojo?
Una de ellas rompe el silencio:
“Tengo amigas palestinas”
Y otra, aterrada:
“Does anyone speak English?”
Ellos gritan como monstruos,
les gritan y golpean como monstruos
y aquí los imitadores:
“From the river to the sea...”
Y yo me pregunto:
¿qué idioma hay que hablar
para que se cierre el corazón
del otro lado?
¿qué ceguera moral
lo parasita y sitia?
El único idioma que Einstein temía:
la estupidez
con dialectazo de maldad.
¿Ya sabéis a quiénes estáis defendiendo?
¿Ya sabéis lo que harían con vuestros hijos e hijas?
¿Ya sabéis lo que os harían por pensar diferente?
© Maria Luisa Arenzana Magaña