Así soy.
Maitén Epuyén
Existe algo que se llama interés.
No del que busca sacar provecho o algo del otro, sino más bien, del que busca encontrar o acaso del que ya encontró algo en el otro que le llamó la atención.
Es una forma diferente de interés, de ese en el que se busca descubrir.
Podés poner las excusas que quieras pero sé que jamás sentiste ese tipo de interés hacia mí. Cuánto más yo me acercaba, vos más te alejabas. Me lo dejó clarísimo.
No puedo fingir ser alguien que no soy.
No puedo dar menos de lo que doy.
No debí darte un lugar en mi corazón, fue arriesgado, pero lo hice y de algo me di cuenta, valentía no me falta.
Tal vez quieras una mujer que te demuestre a medias que te quiere.
Un amor a medias.
No me mereces. Sencillo como eso.
Y así, sin más, me despedí.
No buscaba que lo entendiera y menos que se justificara. Buscaba mi paz, mi propio resguardo. Una forma de sanar tantas heridas. Algunas viejas, otras nuevas. Necesitaba encontrar consuelo en mi propio regazo. Un abrazo de mí hacia mí.
Lloré mucho aquel día. Tanto lloré, que mi cara hinchada me decía que ya había llorado por lo menos, lo equitativo a una vida completa.
Pero aún así, cuando terminé me sentí más liviana, como si pesara lo mismo que una pluma; y como por arte de magia, todos mis músculos dejaron de doler... ¿Increíble, no?
Soltar, siempre siempre, nos termina haciendo bien.