Señor, ya me arrancaste lo que yo… Oye otra vez, Dios mío, mi corazó… Tu voluntad se hizo, Señor, contr… Señor, ya estamos solos mi corazón…

Hacia un ocaso radiante caminaba el sol de estío, y era entre nubes de fuego, una tr… tras de los álamos verdes de las m… Dentro de un olmo sonaba la sempit…

La casa tan querida donde habitaba ella, sobre un montón de escombros arrui… o derruida, enseña el negro y carcomido

Francisco a Pedro Salinas: Si el arte es fuego, será con sombras divinas, juego de manos de ciego.

Un amor que conversa y que razona, sabio y antiguo –diálogo y presenc… nos trajo de su ilustre Barcelona; y otro, distancia y horizonte: aus… que es alma, a nuestro modo, le of…

Pegasos, lindos pegasos, caballitos de madera. ..................................… Yo conocí siendo niño, la alegría de dar vueltas

Es mediodía. Un parque. Invierno. Blancas sendas; simétricos montículos y ramas esqueléticas. Bajo el invernadero,

¿Sevilla?... ¿Granada?... La noch… Angosta la calle, revuelta y morun… de blancas paredes y obscuras vent… Cerrados postigos, corridas persia… El cielo vestía su gasa de abril.

Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos c… y manchas de raídos encinares,

Oh Soria, cuando miro los frescos… cargados de perfume, y el campo en… abiertos los jazmines, maduros los… azules las montañas y el olivar fl… Guadalquivir corriendo al mar entr…

Se ha asomado una cigüeña a lo alt… Girando en torno a la torre y al c… ya las golondrinas chillan. Pasaro… de nevascas y ventiscas los crudos… Es una tibia mañana.

Abril florecía frente a mi ventana. Entre los jazmines y las rosas blancas de un balcón florido

La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…

Yo, para todo viaje —siempre sobre la madera de mi vagón de tercera—, voy ligero de equipaje. Si es de noche, porque no