Es mediodía. Un parque. Invierno. Blancas sendas; simétricos montículos y ramas esqueléticas. Bajo el invernadero,

Hoy buscarás en vano a tu dolor consuelo. Lleváronse tus hadas el lino de tus sueños. Está la fuente muda,

El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve. Para dialogar, preguntad, primero;

Poeta ayer, hoy triste y pobre filósofo trasnochado, tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado. Sin placer y sin fortuna,

Esta leyenda en sabio romance camp… ni arcaico ni moderno, por Valle—… revela en los halagos de un viento… la santa flor de alma que nunca se… Es la leyenda campo y campo. Un p…

Guitarra del mesón que hoy suenas… mañana petenera, según quien llega y tañe las empolvadas cuerdas. Guitarra del mesón de los caminos,

En medio de la plaza y sobre tosca… el agua brota y brota. En el cerca… eleva, tras el muro ceñido por la… alto ciprés la mancha de su ramaje… La tarde está cayendo frente a los…

El acusado es pálido y lampiño. Arde en sus ojos una fosca lumbre, que repugna a su máscara de niño y ademán de piadosa mansedumbre. Conserva del obscuro seminario

center Una larga carretera entre grises peñascales, y alguna humilde pradera donde pacen negros toros. Zarzas,…

Mientras la sombra pasa de un sant… poner un dulce salmo sobre mi viej… Acordaré las notas del órgano seve… al suspirar fragante del pífano de… Madurarán su aroma las pomas otoña…

Ante el pálido lienzo de la tarde, la iglesia, con sus torres afilada… y el ancho campanario, en cuyos hu… voltean suavemente las campanas, alta y sombría, surge.