Así, mirándote a los ojos mientras hacemos el amor,
entro por ellos hasta tu más íntimo fondo, el de tu alma,
el de tu sensualidad,
de tu lujuria,
de tu sexo.
Siento entonces cada poro,
siento la piel,
tu piel.
Es en ese instante,
que se revela ante mi,
tu más íntimo sentir:
cada gesto
cada sonido
cada abrir y cerrar de tus ojos
que codifican la fundición de dos almas y dos cuerpos
Así, mirándote mientras penetro tus ojos
y tú penetras mi alma,
seguimos la cadencia de una danza que fluye,
rítmica, con acordes de suspiros y cálido aliento,
que me lleva a sentir la fragancia de tu existencia,
Entonces, tomo conciencia en ese momento,
del milagro más hermoso: la juntura de dos cuerpos
y dos almas que se vuelven uno
Así mirándote al penetrarnos contemplo tu existencia
ese otro que eres tú y que complementa,
y que por un instante llena el vació de la soledad de estar vivo
y que hace valer la pena la existencia.
Y así mirándote, llegar, llegar así a lo más sublime,
a la eternidad que se plasma en el estallido de dos almas
que se vuelven una por un instante,
envueltas en contracciones espasmódicas,
placer donado y recibido
en ese instante que un pedazo de la vida del uno y del otro se mezclan,
y cierro los ojos por ti,
Así te quiero,
así te deseo,
así recupero la fe y creo en la existencia de dios,
y te conviertes en lo más cercano al cielo,
así mirándote a los ojos mientras hacemos el amor