#EscritoresEspañoles
¿Quién habla del amor? Yo tengo f… y quiero ser diciembre. Quiero llegar a un bosque apenas s… hasta la maquinaria del corazón si… Yo quiero ser diciembre.
Déjame, pensamiento, déjame, mañana seré tuyo, volveré a ser tu presa. Pero hoy, mientras la luz araña en los árbol…
Se descalzan los días para pasar de largo sin que nos de… Son casi despedidas, casi encuentr… —felices pero incómodos— de cuerpos que se miran
¿Conoces ya la tinta meditada de la primera luz? Mira el esfuerzo que en la copa más alta del bosque… raya un momento, avisa y mientras…
Nos pusimos de acuerdo. Yo esperaba sin prisa por la esqui… me hacía el despistado, hablaba con el niño y los borracho… encendía un cigarro o compraba el…
Sospechan de nosotros. Ha pasado el primer autobús, y nos sorprende en el lugar del crimen, desatados los cuellos y las manos a punto de morir, abandonándose.
Recuerda que tú existes tan sólo e… agradece tu vida a mis fantasmas, a la pasión que pongo en cada vers… por recordar el aire que respiras, la ropa que te pones y me quitas,
Me persiguen los teléfonos rotos de Granada, cuando voy a buscarte y las calles enteras están comunic… Sumergido en tu voz de caracola
Ahora sé que estas calles nos han hecho sol… y nuestro corazón tiene el pulso amarillo de las maderas lentas de un tranví…
Bajo la luz quemada, tienen frío los ojos con que busca… estas horas de octubre y su jardín manchado de ginebra, hojas secas, silencios
Esta ciudad me mira con tus ojos, parpadea, porque ahora después de tanto tiem… veo otra vez el piano que sale de… y me llega de forma diferente,
Déjame que responda, lector, a tus… mirándote a los ojos, con amistad… porque esto es la poesía: dos sole… y una experiencia noble de contarn… Año cincuenta y ocho. Vine al mun…
Está solo. Para seguir camino se muestra despegado de las cosas. No lleva provisiones. Cunado pasan los días y al final de la tarde piensa en l…
En la mesa de al lado, un jardín de señoras en domingo abonadas al orden del murmullo y del té con limón, en un café de invierno por la tard…
Más allá de la sombra te delatan tus ojos, y te adivino tersa, como un mapa extendido de asombro y de deseo.