Sol naciente, agua de rocío sobre mis doradas cuerdas,
misterio de luz en mis pupilas contrariadas.
Sabor de Antillas, arrecifes de corales en sus acolchados labios.
Besos rojos en el valle de las almas muertas.
Mirada de río, brillo de miel en las áridas praderas, por donde pasó el pirata y
su sed de bandera.
¡Y yo, vida mía! Bendigo el instante y su canción.