No puedo seguirte amor mío, y te veo a lo lejos, cada vez más y más.
Te pierdo de vista, y no puedo alcanzarte
Muero cada segundo, y miro al cielo con angustia, he bailado tango con la muerte, y le he servido un trago. Mírame, soy despojos de lo que una vez fui, mis ojos muertos, cuervos sobre mis hombros, pero no tienen nada que devorar, la lluvia no limpia mis pecados, solo me hace arder. Pero no puede purificarme, nada puede salvarme, un rosal en mi pecho, del cual solo quedan espinas, y rosas mustias.
Mira amor, soy polvo de estrellas volando en alguna galaxia olvidada por tu memoria.
Así que no volverás a rescatarme,  no lo harías. No lo merezco, he visto arder troya y he sangrado sobre el muro de los lamentos, soy pompeya viendo estallar el volcán,  y soy el derrumbe del faro de Alejandría.
Dejaste de verme, me dejaste perderme.
Labios secos, ojos negros, fé extraviada  y mi alma no la encuentro,  dame lo que me quitaste, devuelveme la tranquilidad