el color de hoy me hizo ver los tigres
los vi tristes, arrastrando por la tierra
sus grandes cuerpos muertos
los vi desaparecer en un horizonte
pútridamente olientes
en nada se parecían a una rosa
ni en lo fugaz de su aroma
su olor se impregnó en mí
el niño llora, nosotros
sólo arrastramos un poco los pies
No alcanza una maceta, ni las lágrimas
no alcanzan las horas del día
ni lo azul de la noche
no alcanza la venganza triste
un desierto eterno con los pies descalzos
una arena más suave que la sangre
no alcanza con imitar a los muertos.
dos bajo un cielo claro
sueltan palabras al aire
sobre un nostálgico futuro
hacemos el duelo ahora mientras nos miramos a los ojos.