Soy esclavo de cadenas,
Por no seguir las faenas,
De quien comparto sangre,
Tan negra, picuda que arde,
Me han transformado ellos,
Pusieron desde mi nacimiento sellos,
Para estar tendido al suelo,
Como ave que nunca alza vuelo,
Son dos caras de monedas,
Dos personas malas y bellas,
Me han abrazado, cual urracas,
Saboreando y consumiendo almas,
Sin tener ni voz ni voto,
Sonriendo con mi corazón roto,
Aguantando llagas del alma,
Tan profundas, dolorosas en mi calma,