¡La candela en el campo!... Es tarde de Nochebuena, y un sol opaco y débil clarea apenas en el cielo crudo, sin nubes, todo gris en vez de todo azul, con un indefinible amarillor en el ...

Platero, te he dicho que el alma de Moquer es el pan. No. Moguer es como una caña de cristal grueso y claro, que espera todo el año, bajo el redondo cielo azul, su vino de oro. Llegado ...

Para la vendimia, estando yo una tarde grana en la viña del arroyo, las mujeres me dijeron que un negrito preguntaba por mí. Iba yo hacia la era, cuando él venia ya vereda abajo: Era Sa...

Qué trasparente amor, en la cálida tarde tranquila, el del azul y yo. Mi pena viene y va. Mas la mira una estrella suave

Yo me moriré, y la noche triste, serena y callada, dormirá el mundo a los rayos de su luna solitaria. Mi cuerpo estará amarillo,

Voy yo con Platero, lentamente, a un lado cada uno de los poyos de la plaza de las Monjas, solitaria y alegre en esta calurosa tarde de febrero, el temprano ocaso comenzado ya, en un ma...

Está el cielo tan bello, que parece la tierra. (Dan ganas de volver los pies y la cabeza.)

La noche cae, brumosa ya y morada. Vagas claridades malvas y verdes perduran tras la torre de la iglesia. El camino sube, lleno de sombras, de campanillas, de fragancia de hierba, de ca...

Ante mí estás, sí. Mas me olvido de ti, pensando en ti.

Rosa completa en olor. Sol terminante en ardor. Serenidad de lo uno. (Rompevida del amor). Tú queriendo y sin poder.

Subes de ti misma, como un surtidor de una fuente. No se sabe hasta donde

Lo que queráis, señor; y sea lo que queráis. Si queréis que entre las rosas ría hacia los matinales resplandores de la vida,

Me colmó el sol del poniente el corazón de onzas doradas. Me levanté por la noche a verlas. ¡No valían nada!

—No era nadie. El agua. —¿Nadie? ¿Que no es nadie el agua? —No hay nadie. Es la flor.