Sólo lo hiciste un momento. Mas quedaste, como en piedra, haciéndolo para siempre.

Te dehojé, como una rosa, para verte tu alma, y no la vi. Mas todo en torno —horizontes de tierras y de mares—…

Nacía, gris, la luna, y Beethoven… bajo la mano blanca, en el piano d… En la estancia sin luz, ella, mien… morena de la luna, parecía más bel… Teníamos los dos desangradas las f…

Soy este que va a mi lado sin yo verlo, que, a veces, voy a ver, y que, a veces olvido. El que calla, sereno, cuando hablo…

Ya, Platero, va ungido y hablando con miel. Pero la que, en realidad, es siempre angélica, es su burra, la señora. Creo que lo viste un día en su huerta, calzones de marinero, sombrero ...

¡Qué tristeza este pasar el caudal de cada día (¡vueltas arriba y abajo!), por el puente de la noche (¡vueltas abajo y arriba!),

Hojita verde con sol, tú sintetizas mi afán; afán de gozarlo todo, de hacerme en todo inmortal.

Ante mí estás, sí. Mas me olvido de ti, pensando en ti.

¡Qué difícil es unir el tiempo de frutecer con el tiempo de sembrar! (El mundo jira que jira, ruedas que nunca se unen

¡Ya se arreglarán los sueños, mañana se arreglarán! ¡Hoy, a soltar y a gozar! Hoy para encontrar el amigo, para olearse en los dos ríos,

¡Yo solo vivo dentro de la primavera! (Los que la veis por fuera, ¿qué sabéis de mi centro, qué sabéis de su centro?

Que nada me invada de fuera, que sólo me escuche yo dentro. Yo dios de mi pecho. (Yo todo: poniente y aurora;

Entrando por la calle de la Fuente, de vuelta del huerto, las campanas, que ya habíamos oído tres veces desde los Arroyos, conmueven, con su pregonera coronación de bronce, el blanco pu...

La muerte es el reposo, del día de la vida; para que despertemos descansados en el día total del infinito.