Creo que fue hace como cuatro años o
poco menos,
el auto tenia un problema pequeño problema
por lo que mi papa se estacionó a un costado de
la autopista,
así que aproveche para bajar a mear,
Estábamos en algún punto de Yucatán
bajo 37 grados, sol dorado y asfalto ardiente
nada mas que kilómetros de selva
verde al rededor /
soplo de fuego chocaba contra mis lentes oscuros/
mis vans pisaron ramas secas que crujieron
mientras me introducía un poco a la selva
para poder hacer lo que quería en paz,
/es impresionante el silencio que hace entre los árboles:
Una extraña nueva forma de soledad/
encontré unas flores brillantes y me pareció
divertido comenzar a orinar sobre ellas
/hoy no hay lluvia de nubes para ellas
por eso de que a veces,
seas quien seas, todo es un chiste cruel/
escuché la voz de mi padre llamándome
así que regresé a la carretera esquivando los espinos de algunas
plantas
un enorme tráiler pasó a toda velocidad
e hizo vibrar todo el asfalto bajo nuestros pies
nos subimos y arrancamos el auto
para continuar con el viaje
justo cuando la tarde comenzaba a caer.