oro muerto, las protege.¿Muele el oro, tasa el vidrio. Servido el mantel que es una nube rectísima, tiesa para impresionar fuertemente y hacer pensar que el cristianismo no está cercan...

Como un ala perdida —era la noche intensa por mil voce… apareciste (ya yo sabía que alguna… se rompería el ala sobre la frente… En la mañana

Separados por la colina ondulante, dos ejércitos enmascarados lanzan interminables aleluyas de c… El jefe, en su tienda de campaña, interpreta las ancestrales furias…

Rueda el cielo –que no concuerde su intento y el grácil tiempo– a recorrer la posesión del clavel sobre la nuca más fría de ese alto imperio de siglos.

Ahora que ya tu calidad es ardient… como el órgano que se rodea de un… húmedo y redondo hasta el amanecer y hasta un ancho volumen de fuego… Ahora que tu voz no es la importun…

Ah, que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu d… Ah, mi amiga, que tú no querías cr… las preguntas de esa estrella reci… que va mojando sus puntas en otra…

Los ídolos de cobre sobre el río pusiste en obra del amor llagado. Su casta fuera, redoble enamorado tuerce la mueca de inhumano brío. Cuando la imagen balbuciente al fr…

Al pie de las murallas el aire tartamudo desliza sus sirenas, plata mansa sin hoy mana sus lunares

Sin dientes, pero con dientes como sierra y a la noche no cierra el negro terciopelo que lo entierr… entre el clavel y el clavón crujie… Bailados sueños y las jácaras moli…

En la azotea conversable, con riesgo de tu vida, lees la Biblia. Era toda su casa que ahora tropieza con el humo.

Porque habito un susurro como un v… una tierra donde el hielo es una r… el fuego no puede izar un pájaro y quemarlo en una conversación de… Aunque ese estilo no me dicte un s…

Lento es el mulo. Su misión no si… Su destino frente a la piedra, pie… creando la abierta risa en las gra… Su piel rajada, pequeñísimo triunf… pequeñísimo fango de alas ciegas.

Los dos cuerpos avanzan, después de romper el espe… intermedio, cada cuerpo reproduce el que está enfrente, comenzando a sudar como los espejos.

¡Debajo de la mesa se ven como tres puertas de pequeños hornos, donde se ven piedras y varas ardie… por donde asoma el enano

En el chisporreo del remolino el guerrero japonés pregunta por s… le responden, en el descenso a los… los huesos orinados con sangre de la furiosa divinidad mexicana.