Separados por la colina ondulante, dos ejércitos enmascarados lanzan interminables aleluyas de c… El jefe, en su tienda de campaña, interpreta las ancestrales furias…

Rueda el cielo –que no concuerde su intento y el grácil tiempo– a recorrer la posesión del clavel sobre la nuca más fría de ese alto imperio de siglos.

Porque habito un susurro como un v… una tierra donde el hielo es una r… el fuego no puede izar un pájaro y quemarlo en una conversación de… Aunque ese estilo no me dicte un s…

Brillando oscura la más secreta pi… a las prolijas plumas descaradas e… lento o en playa informe, mustio s… doblado al viento que le crea defo… Perfilada de acentos que le burlan…

Lento es el mulo. Su misión no si… Su destino frente a la piedra, pie… creando la abierta risa en las gra… Su piel rajada, pequeñísimo triunf… pequeñísimo fango de alas ciegas.

Ah, que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu d… Ah, mi amiga, que tú no querías cr… las preguntas de esa estrella reci… que va mojando sus puntas en otra…

Al pie de las murallas el aire tartamudo desliza sus sirenas, plata mansa sin hoy mana sus lunares

Como una giba que ha muerto envene… el mar quiere decirnos ¿cenará con… Sentado sobre ese mantel quiere re… su cabeza no declina el vaivén de un oleaje que va plegando la or…

Las velas se vuelven picoteadas por un dogo de niebla. Giran hasta el guiñapo, donde el gran viento les busca las… Empieza a volver el círculo

¡Debajo de la mesa se ven como tres puertas de pequeños hornos, donde se ven piedras y varas ardie… por donde asoma el enano

Los dos cuerpos avanzan, después de romper el espe… intermedio, cada cuerpo reproduce el que está enfrente, comenzando a sudar como los espejos.

Melodía de la sombra penetra la du… de la piel acompañante y ya me pid… un anhelar pasivo que la incline al borde níveo donde el aire empie… Dulce secreto la gaviota o ya se a…

En la azotea conversable, con riesgo de tu vida, lees la Biblia. Era toda su casa que ahora tropieza con el humo.