La ventana con vistas al desnudo donde aún sobrenada un seno solita… se prolonga imposible la tristísim… longitud de una media abandonada,

Estabas desleída en la dulzura de los secretos jugos de tu cuerpo y te llevaba el agua como a una larga cabellera verde engendrada en los limas

Cima del canto. El ruiseñor y tú ya sois lo mismo.

El encuentro fugaz de los amantes en las furtivas camas del atardece… y ya el adiós como de antes casi de empezar el amor y el jadeante amor

Debo morir. Y sin embargo, nada muere, porque nada tiene fe suficiente para poder morir. No muere el día,

Sentí real el pálpito de tu oscura impresencia. Supe que estabas.

Y ahora danos una muerte honorable, vieja madre prostituida, Musa.

Hoy andaba debajo de mí mismo sin saber lo que hacía. Hoy andaba debajo de la pena con risa inexplicable. Hoy andaba debajo de la risa

El cuerpo del amor se vuelve transparente, usado como fuera por las manos. Tiene capas de tiempo y húmedos, demorados depósitos de luz. Su espejo es la memoria donde ardía. Venir a ti...

Cae la noche. El corazón desciende infinitos peldaños, enormes galerías, hasta encontrar la pena.

Entró y se inclinó hasta besarla porque de ella recibía la fuerza. (La mujer lo miraba sin respuesta) Había un espejo humedecido que imitaba la vida vagamen...

No me dejes vivir. Ahógame en lo alto. Sobre tu cuerpo enfurecido. No me dejes vivir... Hay navíos que abaten en el largo…

Cuando te veo así, mi cuerpo, tan… por todos los rincones más oscuros del alma, en ti me miro, igual que en un espejo de infinita… sin acertar cuál de entre ellas

No detenerse. Y cuando ya parezca que has naufragado para siempre en… de la luz, beber aún en la despose… en donde sólo nace el sol radiante…