Calavera de la Revolución
La bola empezó primero
con los hermanos Serdán
luego le siguió Madero,
Pino Suárez y ahí se van.
Con Villa, Huerta y Zapata,
Obregón siguió a Carranza
unos metieron la pata
otros el pecho, o la panza.
Pero todos se mataron
por mayor bien del país
con sangre fertilizaron
a México en su raíz.
Y entre tanto y tanto muerto
uno sube y otro baja.
Nadie, téngalo por cierto,
sabe para quién trabaja.